Sólo el Pueblo Salva al Pueblo
Por: Carlos R. Alvarado Grimán
Los hechos no dan espacios para las dudas, la revolución bolivariana en manos del chavismo, perdió el rumbo, se envileció. Como avión en barreno su caída y fragmentación estrepitosa es inevitable en el corto plazo.
Chávez estaba llamado para cumplir la primera fase de la revolución, la cual consistía en estremecer y terminar de demoler las instituciones burguesas que de hecho estaban sumamente deterioradas y habían perdido toda legitimidad. Pero fracaso al igual que en aquel fatídico y sangriento 4F del 92. En vez de demoler las instituciones, terminó embarrándose en ellas y arrastrando hacia su total prostitución y perversión, a parte importante del liderazgo revolucionario.
Ahora Chávez pretende nuevamente, seducir y manipular al pueblo con su falso bolivarianismo, sartas de mentiras y manipulaciones con los llamados a la revisión, rectificación y reimpulso de su bodrio político, para una vez más, diferir el avance revolucionario. Pero sabemos que sus compromisos con el capital imperialista y las mafias nacionales e internacionales son indisolubles y no están sujetas a negociaciones ni reculaciones.
Es tarea de quienes nos hemos mantenido estratégicamente desvinculados de la orgía chavista, retomar el proyecto bolivariano original y llevarlo hasta puerto seguro, pero para eso es necesario reagruparnos, restañar heridas, rescatar la fe del pueblo en sus líderes, e insuflar nuevos bríos a todos aquellos hombres y mujeres de buena voluntad que acogieron como suyos los principios revolucionarios fundados en el pensamiento de Bolívar, recogidos en la constitución del 99, para la refundación de una nueva república, pletórica de bienestar, justicia social y sólidos valores morales
No obstante, para alcanzar los objetivos planteados, son imperativos impostergables desconocer el liderazgo de Chávez como ductor de la revolución y promover su salida del poder, antes que éste, en sus estentóreas convulsiones de muerte, intente arremeter contra el pueblo, para arrancarle la garganta y terminar de robarle sus esperanzas y libertades. Recordemos que al final sólo el pueblo salva al pueblo.
Los hechos no dan espacios para las dudas, la revolución bolivariana en manos del chavismo, perdió el rumbo, se envileció. Como avión en barreno su caída y fragmentación estrepitosa es inevitable en el corto plazo.
Chávez estaba llamado para cumplir la primera fase de la revolución, la cual consistía en estremecer y terminar de demoler las instituciones burguesas que de hecho estaban sumamente deterioradas y habían perdido toda legitimidad. Pero fracaso al igual que en aquel fatídico y sangriento 4F del 92. En vez de demoler las instituciones, terminó embarrándose en ellas y arrastrando hacia su total prostitución y perversión, a parte importante del liderazgo revolucionario.
Ahora Chávez pretende nuevamente, seducir y manipular al pueblo con su falso bolivarianismo, sartas de mentiras y manipulaciones con los llamados a la revisión, rectificación y reimpulso de su bodrio político, para una vez más, diferir el avance revolucionario. Pero sabemos que sus compromisos con el capital imperialista y las mafias nacionales e internacionales son indisolubles y no están sujetas a negociaciones ni reculaciones.
Es tarea de quienes nos hemos mantenido estratégicamente desvinculados de la orgía chavista, retomar el proyecto bolivariano original y llevarlo hasta puerto seguro, pero para eso es necesario reagruparnos, restañar heridas, rescatar la fe del pueblo en sus líderes, e insuflar nuevos bríos a todos aquellos hombres y mujeres de buena voluntad que acogieron como suyos los principios revolucionarios fundados en el pensamiento de Bolívar, recogidos en la constitución del 99, para la refundación de una nueva república, pletórica de bienestar, justicia social y sólidos valores morales
No obstante, para alcanzar los objetivos planteados, son imperativos impostergables desconocer el liderazgo de Chávez como ductor de la revolución y promover su salida del poder, antes que éste, en sus estentóreas convulsiones de muerte, intente arremeter contra el pueblo, para arrancarle la garganta y terminar de robarle sus esperanzas y libertades. Recordemos que al final sólo el pueblo salva al pueblo.
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