Los Trabajadores y la Asquerosa Bota Fascista
Por: José Rafael López Padrino
El tte coronel en su discurso desde Ciudad Piar, mientras colocaba por quinta vez la misma "piedra fundacional" de la "nueva siderúrgica nacional", arremetió en contra de los trabajadores, del movimiento sindical, de los contratos colectivos, de las conquistas laborales y amenazo con la militarización de los centros de trabajo en donde ocurriesen paros o huelgas. El nuevo Bonaparte tropical quedo al desnudo, se quito la mascara y mostró su verdadero rostro, el de un verdadero fascista, enemigo histórico de la clase trabajadora, al pretender desconocer a los sindicatos como instrumentos de lucha, así como las reivindicaciones laborales de los asalariados producto de esforzadas luchas en los últimos años.
Pero esta actitud en contra de los trabajadores por parte de Chávez y su grupete, no debe sorprendernos, no es nada nuevo. Recordemos, que en nombre de esta falsa revolución, el régimen ha eliminado, modificado o ignorado leyes consagradas a la defensa de los derechos de los trabajadores. Gracias a su mayoría abyecta en la asamblea nacional (AN), se aprobaron normativas que desmejoraron las conquistas de los trabajadores (Ley sobre el Estatuto de la Función Pública), penalizando el derecho a la protesta y a la huelga como instrumentos de lucha (Art. 283 y 506 del Código Penal). Abusando del control legislativo, el oficialismo derogo en el año 2002 la Ley Orgánica de Seguridad Social, la Ley del Subsistema de Pensiones y de Salud Publica y la Ley del Subsistema de Paro Forzoso y Capacitación Laboral. Para los capataces y mayorales de la AN ha sido más importante complacer el egocentrismo y la prepotencia del engorilado de Miraflores que defender los derechos de los trabajadores. Adicionalmente, el régimen ha criminalizado y reprimido las protestas de los trabajadores en sus justas luchas como las ocurridas en contra de los trabajadores de Sanitarios Maracay, de SIDOR, de PDVSA, etc... Igualmente pretende desconocer el contrato colectivo de los trabajadores del METRO el cual ya había sido aprobado y firmado después de largos meses de negociación entre las partes.
Pero además este régimen que se autocalifica de socialista, obrerita, antineoliberal ha hecho suya la perversa precarización laboral. Esta modalidad de explotación tampoco es nada nuevo, pues desde hace varios años las entidades financieras internacionales (Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial) han venido presionando para que los países hagan completamente suya la bandera de la "flexibilización laboral”. Mediante la creación de empleos precarios (puestos temporales, trabajo a domicilio, misiones sociales, cooperativas, empresas de cogestión social, tercerización, etc.) los trabajadores han sido sujetos a una superexplotación. Este latrocinio es evidenciado por el pago de salarios viles, la eliminación de sus derechos laborales (sindicalización, libertad sindical), la pérdida de importantes conquistas logradas a través de sus convenios colectivos (bonos vacacionales, cajas de ahorro, aguinaldos, prestaciones sociales, seguros de hospitalización, cirugía y maternidad). El régimen aplica rigurosamente los libretos flexibilizadores sugeridos por los organismos financieros internacionales, pero con retórica revolucionaria. La precarización de la fuerza de trabajo es el paradigma que el tte coronel viene aplicando en las empresas del Estado (PDVSA, etc.,), incluyendo las recientemente estatizadas (SIDOR, CANTV, etc.). Los trabajadores han sido los grandes sacrificados por este programa económico neoliberal, que ha implicado la congelación de sus aspiraciones laborales y el empeoramiento de las condiciones de empleo.
Adicionalmente, el régimen ha fijado unilateralmente los salarios conforme a su agenda política, al margen de las contrataciones colectivas, ignorando las aspiraciones salariales y las necesidades de los trabajadores. Estas medidas constituyen una violación del Art. 172 de la Ley Orgánica del Trabajo, que establece la obligatoriedad por parte de las autoridades de discutir la política salarial con los trabajadores. Esta situación salarial es escandalosa y repudiable para una masa trabajadora que sigue sujeta a una explotación capitalista y cuyo nivel de vida esta en franco deterioro producto del incremento de la brecha entre un salario por demás insuficiente y el costo de las canastas alimentaria y básica ambas sujetas a una inflación (la más alta de América Latina) y a una especulación galopantes.
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