Se estremece el gobierno

Por: Robin Rodríguez

Si bien cierto que no estamos ante una situación económica que podría generar una crisis política-social de manera inmediata, tal como le correspondió enfrentar a Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera dado a los bajos ingresos por los precios del petróleo, llevando a CAP a devaluar la moneda en 130% en razones de pocos meses como parte de su paquete de medidas económicas, o Caldera en un 230% entre el 1995 al 1996 a través de la Agenda Venezuela. Se estima que en el 2007 el precio promedio del barril del petróleo será de 40 dólares, generando que Hugo Chávez apenas maneje el 32% del excedente (cantidad superior a lo estimado para el presupuesto nacional) del año anterior, dejando de obtener el 68% de lo que tenia "guardado debajo del colchón" durante el 2006 para sus incontrolables gastos.

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Otro aspecto a considerar, es que el 76% de los 115 billones de bolívares destinados para el presupuesto nacional, cubrirá los gastos corrientes de la estructura del Estado; carga burocrática que aumentó significativamente durante esta administración, a pesar del reiterado discurso contra "la excesiva burocracia". Demostrándonos que necesitamos mas que nunca unas revolución que resuelva la deformación en nuestro aparato productivo, ya que la dependencia a los intereses de las transnacionales, nos condena a ser un simple proveedor de materias primas y energéticas, pese que poseemos condiciones para convertirnos en poco tiempo, en un país industrializado, agroproductor y de gran atractivo turístico.

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El atraso agropecuario e industrial de Venezuela ha aumentado con las políticas de CAP, Rafael Caldera y ahora de Hugo Chávez (Neoliberalismo); en el 1994 teníamos 441.016 compatriotas en el área industrial, mientras que hoy en día se ubica en alrededor de 200 mil, siendo que tenemos una masa laboral de 12 millones; representando así que el 1,66% de esa gran masa está ocupada en el área industrial.

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No se puede hablar de revolución y mucho menos de socialismo sino tomamos en cuenta los niveles de dependencia de nuestra economía, el desarrollo de la fuerza laboral y las complejas contradicciones entre diversos sectores que hacen vida en nuestra sociedad (el empresariado nacional vs. competencia con las transnacionales). Por esta razón es que suscribo la propuesta realizada por el empresario Reinaldo Cervini al gobierno nacional, para establecer un plan de industrialización de los miles derivados que se extraen del petróleo y garantizar un extenso plan de siembra nacional para romper también con la dependencia alimentaría.

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Lamentablemente estamos ante un gobierno neoliberal, entreguista y militarista que se disfraza de revolucionario y socialista, ya que desde el 2000 ha devaluado la moneda en un 323% para cubrir los gastos del gobierno (sin evaluar el dólar paralelo); pretende aumentar en el 2007 la recaudación de impuestos en un 52% en comparación al año pasado; habla de aumentar la gasolina; ha incrementado la deuda externa; controla todos los poderes; la participación popular se sustenta en el clientelismo político; el sector bancario controlado principalmente por el capital internacional, obtuvo mas de 2 billones de ganancias durante el 2006, mientras que los productores nacionales quiebran cada día y los recursos que llegan a cierto sector de la población a través de las misiones, se desvanecen ante la inflación, el desempleo y las penurias acumuladas por años.

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Necesitamos una verdadera revolución que rescate la soberanía perdida; que establezca una democracia desligada de la falsa de la cuarta republica y del autoritarismo actual; donde se eleve los niveles morales, el patriotismo y la calidad de vida de la población. Pero esto implica que los verdaderos nacionalistas, demócratas y revolucionarios nos unamos para conquistar el cambio desligado de las cúpulas del pasado y del mesianismo.